Los productores de la zona alta de Ocotepeque se preparan para dar inicio a la siembra de 900 manzanas del cultivo de papa,a fin de contribuir a la producción y seguridad alimentaria de las familias productoras en la zona.
En total, 900 manzanas de tierra están listas para ser sembradas en la aldea El Volcán, municipio de Sinuapa y zonas aledañas, cada manzana produce 600 quintales ubicadas a más de 1,600 metros sobre el nivel del mar, donde se espera una cosecha abundante para diciembre de 2025.
La aldea El Volcán y sus alrededores es reconocida por la calidad de sus papas, enviando diariamente alrededor de 2, mil quintales a los mercados nacionales de San Pedro Sula y Tegucigalpa.
Miguel Gómez, Secretario Técnico de la Cadena de Papa del Programa Nacional de Desarrollo Agroalimentario (Pronagro), de la Secretaría de Agricultura y Ganadería, (SAG), destacó la importancia del cultivo para abastecer el país y generar ingresos para las familias agricultoras.
“Hemos hecho un recorrido por varias comunidades y los productores ya iniciaron la siembra de la semilla para abastecer los mercados.», detalló.
A través de la Cadena unificamos esfuerzos para garantizar un mercado seguro y acercar a los agricultores los programas y proyectos de la SAG”, afirmó.
José Arnaldo Castellón, productor local, manifestó que “la calidad del producto y los precios competitivos en el mercado nos permiten prever una buena temporada para la cosecha de 2026, lo que representa un impulso económico para nuestra comunidad”.
Actividad aporta a la economía y genera empleos
La producción de papa en Ocotepeque es un motor económico fundamental que genera aproximadamente 15 mil empleos directos y más de 30 mil indirectos. Además de Ocotepeque, los departamentos de Intibucá y La Paz también aportan significativamente a la producción nacional.
El 90% de la papa producida en Honduras se destina al consumo fresco nacional y exportación, principalmente a El Salvador, mientras que el 10% restante se utiliza para la agroindustria.
La siembra de papa en el occidente de Honduras no solo es una tradición agrícola, sino un pilar para el desarrollo y bienestar de sus habitantes, fortaleciendo la economía rural y asegurando el abastecimiento de este alimento esencial en la dieta hondureña.
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